sábado, 29 de octubre de 2016

ESPERANZA


Tranquila, todo va a salir bien.
Cuando desperté, un fuerte dolor en mi mama derecha me desgarró el alma.
Una lágrima resbaló por mi mejilla, respiré profundamente, y me llené de vida.






Con este  microrrelato participé en el concurso de microrrelatos "Pluma, tinta y papel V "  y ha sido seleccionado para formar parte de la antología del libro con el mismo nombre. 
27 de octubre de 2016 

miércoles, 19 de octubre de 2016

RECORDANDO A BÉCQUER


Un suspiro me regaló el cielo
me uno a tu vuelo
me acarician tus destellos.
Rodeada de jazmín...
despiertan mis sueños. 

Camino por tu vereda.

Por tus calles de abril,
me transformo en muñeca
me perfumo de azahar
me visto de poema.

Me siento a tu lado

me llena de besos...
melodía que embrujan deseos.
Camino de puntillas,
no quiero que muera mi sueño.

Se escapa de mí

un suspiro que me eleva a los cielos.
Eterno es mi sentir
eterno mi latir...
hechizada por tus versos. 

Como la blanca azucena

viste hoy la luna llena.
Emocionado mi pecho
canta con mi voz tus versos.
Acaricio tus rimas 
igual que al piano acaricia el pianista. 

Dame la vida,

la vida que vive un poeta.
No te alejes nunca de mi vera...
corre con tu tinta por  mis venas 
como la poesía por la pluma del poeta. 

Cierro los ojos...

te veo
te noto
te siento
te leo
Estoy  a tu vera 
recitando un poema.

Frente a mis ojos, 

permanece inmortal, el gran poeta...




Hace unos días, tuve la oportunidad de pasar unos días en Sevilla.
Era inevitable no visitar el monumento que se encuentra en el parque de María Luisa y que está dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer.
Bécquer, es mi poeta preferido. El estar en Sevilla ( ciudad natal) y poder ver la casa donde nació, inspiró en mí estos versos.


No pude hacer fotos porque se estaba reformando y parte de él estaba tapado.
Por esa razón, estas fotografías que he escogido para esta poesía las he sacado de la red.
No he visto nombre ninguno en ellas, pero si su autor o autora no está de acuerdo, solo tiene que comunicármelo y las quitaré de mi blog.



Maite Segura
Sevilla 15 de octubre de 2016 

domingo, 2 de octubre de 2016

HOY QUIERO COMPARTIR

Hoy quiero compartir, y necesito hacerlo por algo que nos sucedió el 28  de septiembre, (hablo en plural,  porque nos sucedió a María Pilar y a mí ). 
Ese día, vi  por casualidad, que alguien había compartido una reflexión, se trataba de "El tren y la vida". 
He visto y he leído ese texto varias veces y en diferentes redes sociales.
El caso, es que no conocía el nombre de su autora, hasta el año pasado en el que fue leído por “Amigo Luna” director y locutor de la emisora de radio "La Luna y compañía".

Pues bien, ayer, alguien volvió a compartir ese texto, y mi sorpresa,  fue comprobar que no tenía nombre, y no solo eso, lo más grave es que esa persona hizo creer a sus amigos que ese texto lo había escrito él. 
Me aseguré de que ese texto fuera el de María Pilar; cuando ella me lo confirmó, fue tal mi indignación que no dudé en escribir a esa persona pidiendo que por decencia, pusiera el nombre  de su autora.
María Pilar por su parte, se presentó como su autora y le pidió que por favor y  que ahora que ya sabía su nombre lo añadiese debajo del texto.
Nuestra sorpresa, llegó cuando nos dimos cuenta de que en lugar de rectificar y poner el nombre tal y como se le pedía ( lo que hubiera significado un gesto de honestidad por su parte) bastante lejos de ello, se limitó a eliminar  todas las pruebas y comentarios que le señalaban de no ser el autor del texto.
 

Por este hecho, hoy necesito hablar del tema...
A la mayoría que nos gusta escribir, y compartir nuestro trabajo en las redes sociales, lo hacemos porque queremos dar a conocer lo que escribimos, ya sea poesía, relatos, reflexiones o cualquier otro texto.
 Algunos, tenemos nuestros blogs y lo hacemos a través de ellos.
Es cierto, que lo que se publica o comparte en las redes sociales es para que otros puedan a su vez también compartir.
 Yo no voy a negar, que ese hecho me llene de orgullo cada vez que se hace con algunas de mis poesías, porque eso significa que ha gustado mi trabajo .
Y a eso voy, parece ser, que algunas personas no comprenden muy bien el significado de la palabra "compartir" y lo que hacen, es "cortar y pegar" ese texto en su perfil, el problema es, que haciéndolo de esta forma el nombre del autor suele desaparecer.
Otras, en cambio, y para que no se note demasiado que no lo han escrito ellos, cortan y pegan solo una parte del texto,  añadiendo otras frases...otras palabras.
Vuelvo a reiterar, de esta forma, también todo ese trabajo va perdiendo toda su originalidad. 


¿Por qué lo hacen?... Solo ellos lo saben.
Yo, personalmente pienso, que es porque necesitan vanagloriarse ante sus amistades, sin darse cuenta de que se engañan a sí mismos.
Desgraciadamente, la honestidad, la sinceridad y la dignidad son virtudes que no todos poseemos. 


Las redes sociales,  pueden ser un buen medio para compartir, para crear y para conocer, y sinceramente,  pienso que está en nuestras manos, en nuestra conciencia y en nuestra responsabilidad, crear y mantener un buen medio donde todos tengamos cabida.

Humildemente creo, que existe una forma muy sencilla para conseguirlo y es sobreponiendo ante todo la palabra "RESPETO". 

Respeto a quien escribe y comparte,  respeto a su trabajo...y por supuesto no omitir nunca su nombre,  y si ese nombre no está escrito, asumir que no se es el autor o la autora. 


Luchemos pues, para que no se pierdan nuestros principios morales, para que no terminen desapareciendo los valores básicos y éticos de nuestra sociedad.
Porque las palabras no se escriben solas, y porque no existen los textos anónimos,  porque detrás de cada poesía, detrás de cada relato, detrás de cada reflexión o frase...siempre, siempre existe un nombre.

María Pilar Losada Aymerich escribió en el 2007 "El tren y la vida".  
Este tren ha estado viajando sin nombre, con diferentes formas y por diversos lugares durante mucho tiempo...sinceramente, ¿no creéis que es justo que este tren a partir de ahora viaje en su versión original y conducido por su autora? 





EL TREN Y LA VIDA

La vida, se parece mucho a un viaje en un tren, comenzamos en una gran Estación, rodeados de numerosas cosas que giran a nuestro alrededor.
Cuando el tren comienza a caminar, estamos todavía como adormecidos, quizás sea porque nos sentimos protegidos por las personas que nos quieren, nos arropan y nos dan su cariño.
Así, durante unas cuantas estaciones, en las que apenas nos fijamos, va pasando el tiempo y poco a poco nos vamos desarrollando, y en ese momento, se nos ocurre mirar por las ventanillas.
Vemos una vegetación que parece que pasa rápidamente delante de nuestros ojos, causándonos una impresión extraña, y entonces nuestro organismo, empieza a reaccionar y a correr, para ponerlos a su altura.
De repente, el tren se para en una Estación, y vemos como bajar de él, las personas a las que queremos, nos dejan solos, y nos sentimos un poco abandonados, creemos que no seremos capaces de realizar las cosas solos, sin su ayuda.
Es una época triste de nuestra vida, pero al mismo tiempo, nos da la madurez necesaria para emprender nuestro camino solos.
.Miramos a nuestro alrededor, y nos encontramos con personas que están tan despistadas como nosotros, con algunos, congeniamos, es fácil la comunicación, con otros no tanto, aunque a veces no tenemos más remedio que acercarnos a ellos, por interés propio o porque la vida nos impone ese sacrificio.
 Hay una estación, que nos resulta especialmente grata, en ella sube al tren una persona que al verla, nos damos cuenta de que será muy importante en nuestra vida, a veces nos puede fallar, pero en otras, nos ayudará a sobrellevar la carga que nos espera, nos dará hijos y formaremos una familia
El tren, va parando en numerosas estaciones, en algunas de ellas, bajan algunas de las personas que hasta ese momento han compartido parte de nuestra vida con nosotros, familiares, amigos, extraños, y sentimos que vamos perdiendo algo de nuestro ser.
Cada vez las paradas son más cercanas, el tiempo se nos va terminando, surgen las enfermedades que alejan de nosotros a personas queridas y nosotros mismos estamos amenazados  por ellas. Sentimos que el final del viaje está cercano.
Y llegamos a la estación términal y lo único que pedimos, es que la transición sea tranquila y rodeada por los nuestros.
Cada vez el tren para más veces, y van desapareciendo de nuestra vida trocitos de ella. Aparecen las enfermedades que a veces superamos pero dejan secuelas  psicológicas a veces difíciles de superar.
Por eso, es importante el vivir día a día y disfrutar de las pequeñas cosas que se nos van concediendo.
Algún día llegará la Estación términi, es Ley de vida pero yo solo me contentaría con dejar algo bueno por lo que ser recordada.

Maria Pilar Lossada Aymerich